La historia de un periodo en la lucha dentro de las cárceles españoles.
C.O.P.E.L.
(Coordinadora de presos españoles en lucha)
En los últimos coletazos del dictador
Franco, la vida dentro de las cárceles eran terroríficas, ya que las
prácticas de tortura eran habituales, los aislamientos sin ver la luz
solar, se podían prolongar indefinidamente, la comida era escasa y
miserable, las condiciones higiénicas y sanitarias brillaban por su
ausencia, las comunicaciones con los familiares se efectuaban a gritos
entre rejas y alambradas, la correspondencia era abierta y censurada, no
existía el acceso a la educación ni había algo que pudiera llamarse
biblioteca, la protección de la iglesia sobre los violadores hacía que
estos ocupasen puestos que les reportaban beneficios, el poco trabajo
que había era en régimen casi de esclavitud, las condenas eran cumplidas
integramente salvo para los protegidos de curas y carceleros, médicos y
curas formaban parte de las Juntas de Tratamiento que decidían los
castigos, existían Leyes que permitían encarcelar a personas hasta cinco
años sin cometer delito alguno, los homosexuales solo por el echo de
serlo tenían por destino la cárcel, los juicios se celebraban sin
garantías en un ambiente fascista, y las condiciones de habitabilidad
eran humillantes.
En este último periodo franquista, en
algunas cárceles y de forma aislada, se realizaron protestas en forma de
motines, pero fueron salvajemente reprimidas y sin ningún tipo de
cobertura mediática, por lo que tan solo se consiguió el sufrimiento
inútil de los presos que en ellas participaron.
A la muerte del dictador en noviembre
del año 1975, la población reclusa esperaba que sus condiciones
sufrieran un cambio, pero eso no sucedió y encima se sintieron
discriminados cuando se concedió una Amnistía para los presos
denominados políticos, cuando en realidad todos habían sido victimas de
una sociedad franquista.
El descontento y la frustración era un
sentimiento generalizado entre los presos y como consecuencia de ello
en el verano de 1976 se realizaron motines con subidas a los tejados en
varias prisiones, destacándose la del Hospital Penitenciario y la de
Carabanchel, ambas en Madrid. Los gritos de protesta reivindicando
Amnistía General fueron acallados en unas pocas horas y las celdas de
castigo y las palizas es lo único que se consiguió.
Pero la mecha ya estaba encendida y las ansias de Libertad eran más poderosas que la represión.
Se empezó a realizar asambleas
secretas entre algunos presos y se llegó a una conclusión clara: sin una
base sólida de apoyo a nuestra lucha no se conseguiría ningún objetivo.
A finales del año 1976 en la Prisión
de Carabanchel, en Madrid, y en secreto, se fundó la C.O.P.E.L.,
(Coordinadora de Presos Españoles en Lucha ), con unas normas de
conducta y unos fines claros: conseguir la Amnistía ó el Indulto General
y cambiar las normas de vida en el interior de las cárceles.
Para ello hubo una distribución de
tareas encaminadas a dar a conocer los principios y reivindicaciones de
la C.O.P.E.L., tanto al exterior de los muros como al resto de las
cárceles existentes. En esa primera etapa de la recién creada
organización fue fundamental el apoyo de un grupo de abogados que
brindaron su apoyo total y desinteresado al concienciarse que nuestra
causa era justa.
La labor de información que se
elaboraba desde el interior de Carabanchel fue inundando numerosos
medios de comunicación y recibió apoyo de numerosos colectivos. Era una
consecuencia del espíritu de la transición política del momento
histórico que se vivía. La información era sacada al exterior por muy
diversos conductos, desde papeles finísimos introducidos en los dobleces
de las ropas sacadas al exterior, compañeros de organizaciones
políticas encarcelados, abogados en sus visitas, presos que cumplían sus
condenas, etc. Paralelamente se creó en el exterior una Asociación de
Familiares y Amigos de Presos, ( A.F.A.P.E. ), que ayudaron a canalizar y
difundir todas las informaciones y reivindicaciones de la C.O.P.E.L..
Cuando en Instituciones Penitenciarias
se dieron cuenta de que se había creado dentro de prisión una
organización llamada C.O.P.E.L., rápidamente reaccionó y tomó la
decisión de aislar a sus miembros, conocidos y que no negaban serlo, en
un lugar denominado la rotonda de la sexta galería de Carabanchel,
pensando que así podría poner fin a un nuevo fenómeno nunca antes
acontecido. Fue un grave error en su estrategia. El estar todos juntos
en un mismo sitio, (alrededor de 40 presos), nos hizo más fuertes.
Además teníamos compañeros y amigos, no solo en esa prisión sino en
otras muchas repartidas por todo el territorio del estado. Por otro lado
en esa época era tal la concepción centralista del estado, que
absolutamente todas las conducciones de presos entre cárceles pasaban
obligatoriamente por Carabanchel. Aprovechando esta circunstancia,
montamos una imprenta clandestina rudimentaria con las suelas de zapatos
de goma, haciendo miles de octavillas, explicando el porqué de la
C.O.P.E.L. y sus reivindicaciones, distribuyendolas por las demás
galerías y enviadas a otras prisiones a través de las conducciones. Poco
a poco y durante los primeros meses de 1977 la C.O.P.E.L. extendió el
conocimiento de sus reivindicaciones tanto en el interior como en el
exterior de las prisiones. El trabajo era constante en la rotonda de la
sexta galería, las asambleas diarias, se vivía en comuna, se distribuían
todas las tareas, se creó un escudo y una canción, ( que cantábamos
todos los días para que se escuchara por el resto de la prisión ), que
se identificara con nuestra organización.
Nuestras reivindicaciones eran justas y
por ello se pudo aglutinar voluntades tanto en el interior como en el
exterior de las prisiones. Se exigía:
- Amnistía o Indulto General.
- La abolición de las torturas y los tratamientos que violasen los Derechos Humanos.
- Una alimentación decente.
-
Una sanidad efectiva.
- Supresión de los castigos disciplinarios en aislamientos indefinidos.
- Un régimen de visitas no humillante para los presos y sus familias ó amigos.
- La creación de visitas intimas.
- El fin de la censura de la correspondencia.
- La reforma del Código Penal para adecuar las penas a la realidad social.
- Un trabajo remunerado digno.
- La supresión de la Ley de Vagos y Maleantes.
- Acceso a la educación y a tener bibliotecas.
- Mejora de las instalaciones carcelarias.
- Tener derecho a poder salir en libertad condicional.
- Poder tener redenciones de pena por trabajo para todos los presos por igual.
A la vez que todas estas
reivindicaciones fueron dándose a conocer, realizamos algunas huelgas de
hambre colectivas desde la rotonda de la sexta galería, de lo cual se
hizo eco la prensa nacional, lo cual era una novedad, ya que publicaban
todos los escritos que les hacíamos llegar con nuestras
reivindicaciones.
Y entonces, cuando pensamos que el
trabajo informativo estaba realizado y de que nuestra voz había sido
escuchada, decidimos que era la hora de dar un paso más en nuestra
lucha. En una larga asamblea se discutieron las posibles vías que se
podían tomar. Hubo dos vías distintas: La de amotinarnos subiendo a los
tejados de Carabanchel y la de hacer una huelga de hambre con cortes en
las venas. En la votación que se siguió, siete compañeros votamos por
la primera, treinta y tres por la segunda.
A partir de ese momento, y entre
todos, se decidió de que forma, como y cuando los siete subiríamos a los
tejados,momento en que los demás iniciarían los cortes de vena para
salir al hospital.
Se acordó realizar el motín el 18 de
julio de 1977, ( como forma de protesta por otra fecha similar de triste
y nefasto recuerdo en la historia de España ), por lo que se realizaron
todos los preparativos para que tuviera la mayor repercusión posible.
Se avisó a los medios de comunicación para que estuvieran preparados a
una hora determinada acompañados de familiares, en un sitio desde donde
pudieran plasmar fotográficamente el momento de la subida por la
pared, con una cuerda, desde la rotonda de la sexta galería a los
tejados de Carabanchel.
En la mañana del día 18 de Julio de
1977, comenzó la que más tarde los media denominaron " La batalla de
Carabanchel ". Ocho compañeros subimos al tejado a través de una cuerda;
íbamos vestidos de la misma forma, ( camiseta roja y pantalón negro );
portábamos una gran pancarta con el escudo de la C.O.P.E.L., y
llevábamos distintas banderas, como representación de las comunidades
del estado. Después de pasar por los tejados de una galería a otra y
posar para las fotografías de la prensa, empezamos a concienciar a
gritos al resto de los presos de las galerías que se encontraban en los
patios, y cuando ya los antidisturbios estaban preparándose para actuar,
de una forma espontánea empezaron a subir a los tejados la totalidad de
los presos de todas las galerías. Nos juntamos alrededor de 800 presos
con un mismo grito : AMNISTÍA. En esos momentos todos gritaban
repetidamente un nombre: C.O.P.E.L..Los demás compañeros que se habían
quedado en la rotonda de la sexta galería, y tal como se planeó,
iniciaron los cortes de venas para salir al hospital.
Desde un primer momento los media
tuvieron conocimiento de lo que pasaba por lo que la opinión pública fue
informada. La revuelta en los tejados duró cuatro largos días bajo un
sol abrasador sin agua y sin comida y en guerra constante contra las
fuerzas de seguridad, que a pesar de la gran cantidad de hombres y
medios no podían acallar el grito de libertad de 800 hombres. Por su
larga duración, 4 días, ese motín de protesta y reivindicación fue
conocido en todas partes, tanto dentro como fuera de España, siendo la
mecha y detonante que hizo saltar durante los días siguientes en cadena a
la casi totalidad de las prisiones con un único y solo grito :
C.O.P.E.L. - AMNISTÏA - LIBERTAD. El trabajo desempeñado por la
organización de presos a lo largo de meses logró sus objetivos y la
adhesión a la causa se extendió por todas las prisiones y logró atraer a
numerosos colectivos y asociaciones del exterior que apoyaban de una u
otra forma la causa perseguida: La AMNISTÏA.
Cuando al cuarto día lograron acabar
con el motín de Carabanchel, (la falta de comida y agua, los numerosos
heridos y la utilización de fuego con munición real), empezaron las
palizas y represiones. A los que subimos en un principio al tejado nos
trasladaron al Penal de Cartagena, A los que se cortaron las venas al
Penal de Córdoba, a otros muchos, a los penales del Puerto, Burgos,
Ocaña. Después muchos fueron trasladados al Penal del Dueso. Se
siguieron haciendo motines por numerosas prisiones y se destrozaron casi
todas. Desde muchos estamentos ( artísticos, culturales, políticos,
sindicales, etc ) se pedía Amnistía ó Indulto General .
El Estado y la Administración
Penitenciaria estaban desbordados. Las cárceles estaban destruidas. El
Gobierno de entonces, U.C.D., decidió hacer oidos sordos y optó por una
política de represión total, con la practica de torturas generalizadas y
con cuerpos de compañías enteras de antidisturbios dentro de las
prisiones. Así todo la desobediencia a cumplir las normas era
generalizada. Como veían que estaban perdiendo la batalla, sobre todo
cara a la opinión pública ( ya que las revueltas continuaban por toda la
geografía ), es cuando decidieron introducir las drogas dentro de las
prisiones, a finales del año 1977.
Pero entonces sucedió un
acontecimiento que hizo dar un vuelco espectacular en la lucha. En
Carabanchel el día 13 de Marzo de 1978, siete presos fuimos torturados
salvajemente con el triste y lamentable resultado de un muerto por las
torturas. El compañero anarquista Agustín Rueda Sierra falleció. En un
primer momento la dirección de Carabanchel trato de ocultar la
realidad, pero los abogados se enteraron de lo que estaba pasando y al
día siguiente nos encontraron a los siete restantes torturados en las
celdas subterraneas. El escándalo saltó y al Director General de
Prisiones le mataron a balazos cinco días después.
En ese momento al estado se le hizo
insoportable la presión del interior y mediática en el exterior, por lo
que cambió de estrategia. Nombró a un nuevo Director General de
Prisiones proveniente del mundo académico, para que elaborara una Ley
Penitenciaria en la que se recogieran nuestras reivindicaciones. Se
nombraron comisiones parlamentarias Compuestas por representantes de
todos los partidos políticos para dar una imagen de que algo iba a
cambiar. Los miembros iniciales de C.O.P.E.L., a los que se habían unido
gran numero de compañeros estaban diseminados por diversas cárceles y
se empezó a discrepar sobre la estrategia a seguir : Dos posturas (
negociación ó lucha ). Desde Carabanchel realizamos un último intento de
lucha colectiva; preparamos el día 10 de Mayo un corte de venas a nivel
de todas las prisiones de España, mandando comunicados a todas las
cárceles. De 14.000 presos que había aproximadamente por aquel entonces,
un 80% secundo el cortarse las venas y salir a los hospitales. El
parlamento español había aprobado una Ley por la cual se prohibían los
indultos generales, pero a cambio se aseguró que la Ley Penitenciaria
recogería nuestras reivindicaciones.
Mientras el estado opto por una
estrategia para ganar tiempo. Las cárceles estaban destruidas, el
hacinamiento era total, mezclaron a los menores de edad con los adultos,
propiciaron la introducción masiva de la heroína, se desentendieron de
sus labores sacando a los carceleros de las galerías en una política de
"arreglaros como podais ", Alentaron a grupos de presos para que se
convirtiera en anti-copel, para así poder robar a otros compañeros y
hacer dinero con el tráfico de drogas. Y la C.O.P.E.L., en esos momentos
dejó de tener sentido. Fue creada para luchar
y reivindicar, no fue creada para
convertirse en policías de otros presos. Provocamos que nos encerraran
en celulares para desde allí poder seguir luchando, y así estuvimos en
diversas prisiones realizando muchas acciones en grupos dispersos por
toda geografía : nos cortábamos las venas, nos tragábamos cucharas para
salir al hospital, realizábamos huelgas de hambre, bebíamos lejía, y
procurábamos que siempre se enterara la opinión pública a través de los
medios de comunicación.
Esta situación duró hasta que
abrieron la primera cárcel de alta seguridad en todo el estado. Herrera
de la Mancha. El estado se tomó su revancha contra todos aquellos
presos que se habían significado en la lucha. Fue un centro de Tortura
brutal y continua, día tras día. Ahí acabó la C.O.P.E.L., o lo que
quedaba de ella. Meses mas tarde se publicó
La Ley General Penitenciaria , donde
se recogían casi todas las reivindicaciones por las que se luchó. ( Con
el paso de los años muchos de estos logros se han ido recortando y miles
de presos están en una situación similar a antaño, encerrados en unas
condiciones muy duras denominadas FIES ).
Como en todas las organizaciones, no
todo es perfecto, y pudo haber gente que a nivel individual se
beneficiaran pero la realidad que muchas personas dejaron su vida y
otras hicieron todo lo que pudieron, en todas las prisiones y sufrieron
en sus carnes duras represiones. No se consiguió la Amnistía, pero si
otras muchas cosas: Permisos, Vis a Vis, Condicionales, Comida mas o
menos digna. Servicios sanitarios, Acceso a la Educación, etc. Además se
consiguió algo de vital importancia: Unos cientos de presos lograron
fugarse y conseguir la LIBERTAD, aprovechando la unión que la lucha
propició.
Desde aquí mi recuerdo a todos aquellos que dejaron su vida en la lucha para cambiar el sistema carcelario. Un preso que luchó por la LIBERTAD
(texto aparecido en el número 4 del boletín "Armiarma")
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